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sábado, 26 de diciembre de 2015

Chatear la nueva comunicación

Muchas veces prometí dejar el opinador a un lado, practicar el aforismo eres esclavo de lo que dices y dueño de lo que callas. Opinar sobre aspectos cotidianos es tan peligroso como hablar en contra de Uribe o en favor de Santos, para no alargar el cuento, hay alto riesgo de salir mal librado. Pero me lanzo al agua y opino sobre el hábito en el que estamos metidos hasta los tuétanos, los chat de WhatsApp.
La comunicación ha cambiado desde los tiempos del chat de Starmedia o de ICQ que me robaron tiempo para actividades más provechosas. Los albores del chat fueron en computador de escritorio y precarias conexiones a internet que hacían lenta la comunicación. Los celulares apenas aparecían y el empleo de la multimedia en los chat era una perspectiva razonable pero no disponible. No han pasado veinte años y ya podemos decir que el concepto de comunicación cambió. Se chatea tanto como se habla, a veces se prefiere el chat, es gratis, hablas cuando quieras y respondes cuando puedes, le anexas una foto, un emoticón, un vídeo, un texto, una canción y todo eso en la mano. No hay límites. Las cosas buenas de este adelanto tecnológico son evidentes, están ahí, de que otra manera se explica el éxito. Pero también tiene sus problemitas que con la ayuda de ustedes podemos explorar.
Algunas situaciones derivadas de usar el chat como medio de comunicación es dar por leído y aceptado lo que se escribió sin tener una confirmación expresa. Chatear al tiempo con varias personas puede traer consecuencias insospechadas. Se escribe una entrada dirigida a otra persona y se puede armar la de Troya. Darle al chat más importancia de la que tiene es otro problema frecuente. Por muy útil que sea este medio de comunicación, no es el apropiado para ciertos anuncios, como un matrimonio o citar para reuniones de carácter decisorio.
La alarma de mensaje entrante puede ser apremiante y molesta cuando es muy frecuente. Esto se observa en grupos recién formados con miembros muy activos en la red pero poco en sus trabajos. El consejo para no salir del grupo es, vaya a los ajustes, pulse notificaciones y quítele el sonido al chat de los grupos. Usted leerá las ocurrencias de sus amigos cuando le plazca y no por la presión de la alarma entrante.
Un consejo para la durabilidad y permanencia de un grupo en WhatsApp es evitar comentarios religiosos o políticos. Estos pueden resultar intolerables aun viniendo de buenos amigos. Como todo en la vida nos reunimos y compartimos por las afinidades. Sin embargo, ocurre que entramos entusiastas a un grupo en donde después notamos diferencias que nos obligan a salir. Así me ocurrió hace algunos días y se los cuento para terminar. Salí de un grupo de amigos debido a que la mayoría de las entradas eran de pornografía bastante subida. El genital masculino más insignificante medía lo menos veinte centímetros, de manera que para evitar la depresión inducida por la comparación me retiré del grupo. 

domingo, 20 de diciembre de 2015

Los juegos de mesa también......

Amigo lector si para usted el "quemao" es un político que pierde las elecciones o el "escondite americano" es una práctica de la DEA para camuflar soplones del narcotráfico usted es muy seguramente menor de 25 años, compró la mejor consola de videojuegos en el último ciber lunes y es altamente probable que su lugar de nacimiento se localice en el interior del país. Aun así, lo invito a que continúe leyendo esta nota que hace una reflexión sobre el impacto que tienen los videojuegos en los juegos tradicionales.
En notas anteriores comentaba la preocupación expresada por los padres en relación con el cambio en los hábitos de los hijos que ya no quieren salir a la calle a jugar, los ven pálidos por la falta de sol. Se anotaba que los juegos al aire libre con vecinos, primos y amigos se acabaron. Quedando para el recuerdo de los contemporáneos aquellos juegos infantiles a pleno sol y en la calle.  El "escondite americano", "la lleva", "marica el último", "cuatro, ocho y doce", "la peregrina" y otras actividades y travesuras propias de jugar en grupos ya poco se ven por estos días. La causa de este cambio en los juegos de infancia y adolescencia se debe al advenimiento de los múltiples, variados y muy bien diseñados videojuegos.
Lastimosamente no sólo los juegos al aire libre cayeron en el cuarto del olvido. Los videojuegos y las nuevas tecnologías también  mandaron al cuarto de san Alejo a los juegos de mesa. 
Aunque todavía se venden, quizás para lo único que realmente sirven hoy es para desbarar un regalo de cumpleaños "baratieri". 
Hagamos un sondeo para que vean que no exagero. Hace cuanto no juegan con sus hijos parqués, damas chinas, veintiuna o escalera? Y no es por falta del juego, revise en el clóset, encontrarás muchas cajas de juegos de mesa, algunos sin usar. Por otra parte, estoy seguro de que en ninguna casa se ha reunido recientemente los miembros de la familia a gritar  "stop" y  soltar los plumeros. En que casa últimamente se ha escuchado un "me bajo" eufórico y desafiante luego de hacer tres escaleras en un juego de continental. Es más creo que en las casas actúales difícilmente se consiguen los mazos necesarios para jugar este divertido juego de mesa. Hasta el popularísimo "Solitario" ya solo se juega en el computador. Puedo apostar a que los hoy menores de 25 años al mencionar la palabra sota de espadas se imaginaran un personaje de alguna película de guerreros futuristas y no la carta de la baraja española.
Finalmente no es momento para quejarse, los tiempos cambian, aceptemos la realidad los juegos de mesa convocadores de la familia se acabaron. Solo espero que mis hijos puedan jugar con sus hijos en las consolas del futuro. 

lunes, 7 de diciembre de 2015

La fiesta de las velitas

No puedo evitarlo, el sentimiento supera la razón, cuando escucho la melodía de las cuatro fiestas me dan ganas de soltar lo que tengo y ponerme a bailar y a cantar. La canción del maestro Adolfo Echeverría a ritmo de maestranza, abre la temporada navideña y no hay barranquillero que no se estremezca al oír los tambores y el estribillo “que linda la fiesta es, en un ocho de diciembre".
En la fiesta de velitas se amalgama de manera equitativa las costumbres familiares, religiosas y parranderas para hacer que esta celebración sea recordada por siempre. En la noche de las velitas participan todos los miembros de la familia. Desde los más chicos, encargados ahora de cubrir la velita con el tradicional farol de colores, hasta los abuelos que se levantan temprano para mantener la tradición y cuidar que los nietos no se vayan a quemar jugando con la parafina caliente. Pasando por los jóvenes y no tan jóvenes que con la excusa válida de esperar las cuatro de la mañana para prender las velitas, arman una fiesta de tal magnitud que siempre dura mucho más de lo que la tradición dicta. Esta última anotación muestra un aspecto único de nuestra fiesta, su celebración debe ser a las cuatro de la mañana, no a las siete de la noche como en otros lugares de nuestra patria.
Hoy, la tradicional fiesta de velitas ha perdido un componente de los mencionados en la letra de la canción. Mis contemporáneos recuerdan con nostalgia la quema del triquitraque. Las hojas de las también llamadas martinicas de la famosa marca "el vaquero" eran quemadas durante toda la noche esperando la madrugada. Los pelaos corríamos por las calles haciendo figuras con las luces de bengala, prendiendo triquitraques, estallando cebollitas, totes, matasuegras. Gozábamos viendo los volcanes multicolores y los voladores que completaban el arsenal pirotécnico con el que grandes y chicos de aquellos años disfrutábamos de la velada. Claro que también fueron muchos los lesionados. Mi pie derecho recuerda, sin mucha nostalgia, la quemadura producto de un triquitraque volador que de manera inexplicable entro en mi zapato. Un mal menor para todas las lesiones producidas por el uso inadecuado de la pólvora, de manera que bienvenida la veda para su uso. 
La fiesta de velitas abre la temporada navideña, vamos a prender velitas a las cuatro de la mañana para mantener la tradición, a bailar las cuatro fiestas hasta amanecer y a disfrutar de la presencia de todos los miembros de la familia en una sola fiesta.

sábado, 5 de diciembre de 2015

Los encuentros de egresados

Los encuentros de egresados
Durante la temporada de fin de año se suscitan eventos propicios para abrir el baúl de los recuerdos. Uno de esos eventos son las reuniones de los egresados del colegio y la universidad. Sin temor a equivocarme estos encuentros podríamos situarlos como el paradigma de los momentos de evocación y nostalgia. Lo que ocurre durante estas reuniones equivale a montarse en la verdadera máquina del tiempo.
Desde el mismo momento de la llegada no se para de reír y algunas veces llorar. Apoyados en la memoria privilegiada de algunos compañeros y en el recién desempolvado material gráfico conseguido siempre a última hora, se comienzan a recordar los célebres apodos algunos de los cuales trascienden en el tiempo. Se recuerdan momentos culminantes como los encuentros deportivos, alguna épica pelea campal, las múltiples parrandas, los primeros encuentros con el alcohol, los amores culminados o malogrados. Los profesores serán recordados por sus apodos o por el nivel de exigencia por no decir otra palabra.
En estas reuniones se vale todo, las personas con quienes nos reencontramos muchas veces conocen nuestras vidas mejor que algunos familiares. Por escabroso que sea el tema, solo las amistades forjadas en la infancia y cultivadas en la adolescencia tienen el derecho intrínseco de comentarlos y burlarse sin piedad del afectado.
Pero estos encuentros también nos deparan momentos difíciles al recordar los compañeros fallecidos o a los que la vida los llevó por otros caminos y nos enteramos de sus desdichas haciéndolas nuestras.
Otro momento difícil ocurre cuando aparece en la reunión uno de esos compañeros o compañeras que no le pasan los años, que se conservan o que se cuidan. El personaje luce sonriente y recibe con satisfacción el conocido halago: "estas igualito" o "no has cambiado nada". Del otro lado estamos los que hemos sufrido el impacto del tiempo. En algunos casos los cambios son tan notorios que se tejen comentarios como "ese quien es" "ese man no se graduó con nosotros" los cambios pueden ser muy extremos. Claro que prefiero el natural aspecto obtenido con el paso de los años y no el producido por múltiples inyecciones de botox y biopolímeros que resultan en una pavorosa cara de marioneta.
Las anécdotas son múltiples, el tiempo se hace corto para ponerse al día en todo lo que ha pasado.
Finalmente a la hora de partir prometemos reencontrarnos para volver a ser colegiales, para volver a recorrer los campos universitarios, para contar las mismas anécdotas, para reír con los mismos cuentos, para montarnos en la máquina del tiempo y ser jóvenes otra vez.