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miércoles, 30 de junio de 2021

Barata felicidad

La poco impactante frase mencionada con frecuencia, como cambian los tiempos, se repite a diestra y siniestra. Hace más años de los qué quisiera reconocer, durante mi adolescencia, me parecía aburridísimo el programa de Abelardo Forero y Tito de Zubiría El pasado en presente. Para los amigos lectores que desconocen el uso de un Betamax, el programa consistía en escuchar la conversación de dos hombres mayores sobre temas más viejos que ellos. Sí, los tiempos cambian, hoy quisiera tener el tiempo y el espacio para sentarme con los amigos entrañables a disfrutar del arte de conversar, como lo hacían Tito y Abelardo. 
Conversar hasta que el sueño nos venza, riendo con las mismas anécdotas referidas casi con el mismo orden en que se produjeron. Acompañados por las mismas canciones que inspiraron noches de bohemia. Quiero departir con los vecinos, con la familia, con los amigos del alma, con quien comprenda el significado del verbo departir. Hoy anhelo esos momentos perdidos en las nebulosas del tiempo y de la pandemia. Aquellos momentos en que éramos felices e ingenuos, como acertadamente apunta Claudia. Ingenuos porque creíamos que éramos los dueños de nuestra vida y nuestro futuro.
Hoy cuando un año más cae en mi historia y que ya entiendo que no soy dueño de nada, quiero enviar un mensaje a los amigos, a la familia escogida, a los que son mi verdadera fortuna. 
Amigos todos, los quiero invitar a que tomen un momento y aplíquense una dosis de felicidad espontánea. Ya, ahora, sin pensarlo, sin tapujos, disfruten de un momento inesperado de placer, no se van a arrepentir. 
Roben un beso a su pareja y ojalá otro poquito más; ve a tu ventana favorita y mira más allá de las torres escuchando la música que te gusta, a todo el volumen que disfrutes. Busquen un momento de felicidad barato, esos son los inolvidables. 
Gracias por acordarse de este amigo que los quiere y que anhela su momento de felicidad conversando con ustedes.