Translate

lunes, 29 de junio de 2020

Lo aprendido


Hola a todos

Han pasado las horas de un cumpleaños mas.  Una fecha atípica, en un año diferente y en unas circunstancias de vida espero irrepetibles. Sin embargo, lo básico de la celebración del onomástico quedó igual, las mañanitas de Maruja, las hayacas de mi mamá, las notas sentidas de los amigos en las redes sociales.

El que por supuesto no está igual soy yo, tengo un año más acuestas. Pero analizando bien es un año más de experiencia, un año más de satisfacciones, un año más de aprendizaje, un año mas de enseñarle a alguien mi pasión por la medicina. Un año más de entender que la verdadera buena vida está en disfrutar la familia y los amigos. Un año mas de aprender que el verdadero éxito consiste en convertir los pequeños retos en pequeños logros. Pero también, un año más de entender que a veces el mejor acto es el silencio.

Gracias amigos y familia por acompañarme en estos 56, vamos pa` los 57 a ver qué aprendemos en este...

 

domingo, 21 de junio de 2020

La dimensión desconocida


 

Ni la dimensión desconocida ni el más distópico de los cineastas pudo imaginar la conducta tomada por un sector de la sociedad ante la pandemia. Connotados profesionales de la salud, jefes de estado, personajes de amplio reconocimiento público y muchos otros salieron a recomendar medidas sin ningún respaldo científico y sin el mas mínimo asidero teórico contra el COVID 19. El problema es que muchas de las recomendaciones resultan con un potencial de daño igual o peor al provocado por el virus que pretenden erradicar.

¿Que nos pasó? En donde se torció la sociedad, qué hizo olvidar a los profesionales de la salud su juramento; cómo un jefe de estado promueve conductas que ponen en riesgo a sus conciudadanos. No es por dinero, la mayoría de las caóticas recomendaciones no les produce ningún beneficio a los que las recomiendan. Hacer buches con sal, vinagre o hipoclorito no enriquece a nadie. Tampoco tomar 8 tabletas de aspirina de 500 mg diarios. La venta de limón, ajo y jengibre no cotiza en bolsa y por saludables que sean estos productos, no sirven para curar nada. En cambio, mezclados con miel descompensaran la glicemia a los diabéticos.

Hago la siguiente pregunta a los profesionales del comportamiento social, ¿qué puede motivar a una persona que estudió en una universidad, que tiene un acerbo cultural y científico a decir todas esas falsedades en público? Recomendaciones que no aguantan ningún análisis, que solo basta hacer una pequeña búsqueda para demostrar su falsedad. Doctores del estudio del comportamiento humano, investigar esta conducta es un reto de grandes proporciones.

El problema no es que las recomendaciones sean falsas o que el promotor quede como un imbécil cuando se demuestre lo tonto de sus aseveraciones. El verdadero problema es que mientras tanto, mientras se demuestra lo falso de las recomendaciones, muchos enfermos no reciben el verdadero cuidado o muchas personas sufren las consecuencias de tratamientos erróneos.  Esta situación que estamos viviendo cumple plenamente el aforismo: La realidad súper a la ficción.

Nuevamente, por favor, por sus hijos, por lo que mas quieran, pregunten antes de consumir algo que los pueda perjudicar. Investigue, tome una segunda opinión, una tercera no importa. El hecho de salir en la televisión, en la radio o en las redes sociales no concede credibilidad. Recuerden las curas milagrosas no existen.

 

domingo, 7 de junio de 2020

Al bagazo....

“Al bagazo poco caso”, “a palabras necias oídos sordos”. Ignorarlas fue mi estrategia para enfrentar las innumerables falsas noticias producidas por la pandemia y los falsos comentarios relacionados con el acto médico, todos ellos publicados en las redes sociales sin ningún recato, sin filtro, sin probar su autenticidad, sin corroborar la información.

La idea era “no gastar pólvora en gallinazo” para continuar con el refranero popular.

Pero, “la ignorancia es atrevida” y debo adicionar al refrán incansable. No paran de publicarse en las redes sociales toda clase de informaciones con tintes de veracidad que enloquecen a todo el mundo. Las peores son las que vienen con la firma de un profesional en la materia o de un ministro del alto gobierno avalando informaciones a todas luces falsas, tendenciosas, sin fundamento científico.

Debo partir de una premisa que nos pasa a todos, creemos en el avalado en una materia cuando expresa un comentario. Es lo normal, los legos, los que simplemente ignoramos un tema, confiamos en el concepto del profesional, ministro, técnico o cualquier funcionario que tiene los pergaminos expedidos por una universidad o por un gobierno para ejercer su cargo y expresar sus válidos conceptos.

Lo que no puedo entender es como profesionales en la materia hacen comentarios falsos. Vale la pena el riesgo de ser desmentido públicamente por ese minuto de fama. Resulta que sí vale, porque la verdadera ciencia, la que tiene el conocimiento, está tan ocupada tratando de resolver los problemas reales que no tiene tiempo de salir a desmentir tanta irresponsable información que se publica. Los minutos de fama por las informaciones falsas son abrumadoramente mayores. Las cifras de replicaciones que se producen tras la publicación de una noticia falsa superan con creces a las verdaderas noticias, la fama no es efímera. Que la aspirina sirve para el tratamiento del COVID 19, que las mascarillas producen enfermedad pulmonar, que los médicos están intubando pacientes para llenar las unidades de cuidado intensivo, que los pacientes deben ser cremados, que las pruebas no se que, en fin, todas las informaciones publicadas en las redes sociales son consideradas verdaderas por absurdas que parezcan. La pandemia no solo trajo la cuarentena y la muerte, también llegó el infocalipsis.

Ante esta caótica situación propongo a mis lectores tomar una conducta sencilla, antes de replicar cualquier información aparecida en una red social, por veraz que parezca, confírmela, tome un tiempo para ver si alguien desmiente o confirma la noticia, pregunte a otro experto, evitemos otro refrán popular “el que caya otorga”