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domingo, 18 de abril de 2021

El Maligno


El maligno se propaga en nuestra vida,  

su invisible presencia es definida 

por sirenas que corren angustiadas, 

por urgencias del todo desbordadas


Se lucran de este caos unos malditos,

peculados, fraudes y delitos

consuman a diario los políticos

mientras el virus ataca con ahínco.


Ana y Pedro por Mefisto intimidados

declinan aceptar los preparados,

pensando que estando refugiados

pasaran por el Bicho inadvertidos.


Brebajes, preparados, falsas curas

se anuncian con furor en las noticias

falsos alquimistas con pericia,

embaucan a incautos facilistas.


Las farmacias busca con premura

fármacos, drogas y otras curas.

Galenos, enfermeras, terapistas

se aferran a códigos altruistas.


La lucha de farmacias y galenos

ha tenido muy malos resultados.

Ana, Pedro e incautos han caído,

alquimistas y políticos han sido

todos por el virus derrotados. 

domingo, 11 de abril de 2021

La 48


Le atribuyen a Garcia Marquez una frase que seguramente no es de su autoría pero que sirve a mis propósitos de abrir el baúl de los recuerdos “No somos de dónde nacemos, somos de dónde vivimos la adolescencia” En ese caso yo soy de la carrera 48 con calle 70. No soy de la calle 42 con carrera 46 porque allí viví hasta los nueve años. La niñez fue del barrio centro y la adolescencia de la 48.

La niñez tiene su historia, en el centro tuve mis primeros amigos. Hernando con quién hacía bolas de trapo con medias viejas y jugábamos al fútbol en la acera de la casa. Monté la primera bicicleta. En nebulosas recuerdo al señor Pocho con quien dicen me sentaba a conversar escapado de las enaguas de mi mamá. El colegio de la señorita Mary, en donde aprendí mis primeras letras. La iglesia del Rosario en donde fui monaguillo y me sirvió para mis primeras aventuras y mis primeros pesos. Las peritas cosechadas en el patio de la casa de doña Olga, ráfagas de recuerdos. 
Cuando estaba por comenzar la adolescencia nos mudamos para la casa de la tia Magola en la carrera 48 con 70, corría el año 1973. Hoy pienso que la cuadra representaba una clásica calle de Barranquilla, desde el punto de vista de ordenamiento territorial. En su mayoría constituida por casas de familias, tenia en la esquina norte dos edificios. El Hasbun como de 10 pisos y otro en frente de dos pisos. En la esquina sur una clínica pedíatrica. La carrera 48 era un ejemplo de desordenamiento urbanístico.  
En todo caso, la carrera 48 es una calle larga que a principios de los años 70 estaba fundamentalmente habitada por familias de clase media. Doña Mary de la Pava fue nuestra vecina toda la vida, Los primos Blanco Castilla vivieron en frente varios años, la familia Senior arribita de los primos. Doña Lilia de Reyes habitaba la casa de enfrente, El señor Parada y sus hijos más abajo, Doña Ana Teresa de García también mas abajito, vecina de las Ibáñez. 
Victor y Julio Echeverri que vivían al lado de las Ibáñez, Gabriel Martinez entre los Beltran de la Pava y los Parada junto a Jaime Peña y Carlos Moy, vecinos de la carrera  49, cerraban el selecto grupo de amigos que la adolescencia me dejó y todavía conservo.
Fueron mis años maravillosos, en la 48 ocurrió mi primer todo. No olvido las fiestas con papayera en donde doña Roque. Ella y la señora Ana Teresa nos enseñaron a bailar para que disfrutáramos de la reunión. Las noches tranquilas de la ciudad permitían jugar de todo: el escondío, la lleva, el quemáo, trompo, bolita de uña y por supuesto los partidos de bola’etrapo jugados en la calle con la única preocupación de no romper la ventana de un vecino. La cercanía del “Suri” y su primera remodelación permitió alternar la bola’etrapo con el baloncesto. Paliábamos la sed y el hambre en la tienda de las viejitas con una CocaCola y un pan de 20. Sentados en el bordillo, muchas veces en silencio, como corresponde entre los buenos amigos, pasaron los años de una adolescencia sana y sin problemas.
¿De dónde eres tú?

 

viernes, 2 de abril de 2021

Pseudo-COVID

La pandemia se multiplica, el dichoso virus es responsable no solo de la afección pulmonar, articular, daño renal, enfermedad cerebro vascular y otras complicaciones ya conocidas. Ahora, como consecuencia de la ansiedad producida por el temor al contagio se esta describiendo otra enfermedad, no tan mortífica como el COVID-19, pero casi tan molesta, es el pseudo-COVID. 

Esta manifestación se presenta cuando las personas se enteran del contagio de algún conocido, con quien de pronto se tuvo contacto. También ocurre cuando informan del estado de algún personaje que por la enfermedad ha sido hospitalizado con requerimiento de cuidado intensivo, entonces empezamos a sentir los síntomas del virus en nuestro cuerpo. 

Sensación de fiebre, dolor de garganta, dolor en el cuerpo, dolor de cabeza, todas las manifestaciones descritas son percibidas con tal magnitud que las personas se sienten realmente enfermas. Entonces comienza la cascada de eventos, se consultan a los amigos que ya han padecido la enfermedad o a google o a todo aquel que recomiende algo “efectivo”. Se toman todos los corticoides, antibióticos, ivermectina, aspirina, anticoagulantes, colchicina disponibles. Hacen todas las automedicaciones que en otra ocasión el paciente jamás se tomaría. Se toman pruebas de isopado laringeo, se hacen radiografías, tomografías, exámenes de unos y de otros, mejor dicho el caos total. 

En el último número de la revista de la facultad de medicina de la Universidad Nacional el Dr. Franklin Escobar y su grupo traen un interesante informe sobre esta manifestación mental de la pandemia por SARS-COV-2. Nos recuerdan los autores que cuando la epidemia de SIDA también se observaron estas complicaciones mentales asociadas a la ansiedad producida por el embate de la infección1.   

Los  médicos no estamos ajenos a esta situación, debido a nuestra natural exposición a la patología, es muy frecuente que creamos que estamos contagiados sin estarlo. También ocurre que confundamos otros episodios virales con los del COVID-19. Durante este año de pandemia yo he tenido dos episodios virales que he confundido con una infección por SARS. Por supuesto también hemos tomado toda clase de medicamentos, el Redoxon y la vitamina D se venden como pan caliente por culpa del virus y ahora por el pseudo-COVID.

Todos estos hechos son comprensibles, estamos ante un enemigo de muchas caras. Por eso, mientras llegan las vacunas y también después de ellas, no olvidemos que lo más seguro es cumplir con los mandamientos anti-COVID: Tapabocas - Lavado de manos – distanciamiento social.


  1. https://doi.org/10.15446/revfacmed.v69n1.91032