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lunes, 7 de enero de 2019

Café y ciencia

Una interesante y reciente nota publicada por el amigo y colega Carlo Vinicio Caballero Uribe http://carvica1.blogspot.com/2019/01/un-cafe-por-la-reumatologia.html, ilustra sobre la importancia del café en la difusión de las ideas.  Nos cuenta que, en los albores de la ilustración, el café se convirtió en la bebida de la claridad mental, el epítome de la modernidad y el progreso. Al paso, los cafés eran los principales centros de innovación donde sus clientes, por muy bajo precio, se enteraban de las noticias, los últimos avances científicos y la actualidad política. Esta lectura me recordó una percepción que tengo con respecto a las bondades de la bebida más representativa de nuestro país.
Mi idea es que una tasa de café ha sido siempre la silenciosa compañía de todos los actos trascendentes del ser humano. Considero que cuando se ingresa a una oficina, o cualquier lugar de trabajo, percibir el olor a café recién preparado induce a pensar que en ese recinto hay gente que realmente está trabajando. Se respira un ambiente de solidaridad intelectual. 
De inmediato procedí a buscar en la red elementos probatorios que me llevaran a confirmar o a refutar mi percepción sobre el efecto del café en el desarrollo cognitivo. 
Rápidamente encontré artículos bien estructurados sobre el efecto benéfico de la cafeína en la prevención del deterioro cognitivo asociado a la enfermedad de Alzheimer1, la enfermedad de Parkinson2y la sordera3. Así como también encontré beneficios en otras patologías no relacionadas con aspectos neurológicos4,5,6. Debo mencionar que durante esta rápida búsqueda también encontré algunos informes que no establecen las esperadas relaciones benéficas entre la bebida y el desarrollo cognitivo. Es decir, como ocurre en otros campos de la ciencia, no existen intervenciones totalmente positivas o negativas.
De todas formas, lo propuesto por Carlo y lo leído en Pubmed permiten mantener la sana costumbre de preparar y tomar café. Con su preparación disfrutamos de su estimulante aroma y con su consumo quizás disminuimos el deterioro cognitivo.
Les anexo las referencias bibliográficas para su ampliación:

1. Arch Med Sci. 2017 Apr 1;13(3):507-514. doi: 10.5114/aoms.2016.63599.
2. Curr Med Chem. 2018 Aug 21. doi: 10.2174/0929867325666180821153316.
3. Nutrients. 2018 Oct 4;10(10). pii: E1429. doi: 10.3390/nu10101429
4. Toxicol Res. 2011 Mar;27(1):7-10. doi: 10.5487/TR.2011.27.1.007
5. Vasc Health Risk Manag. 2008;4(5):963-70.
6. Nutrients. 2017 Jan 10;9(1). pii: E56. doi: 10.3390/nu9010056.


sábado, 5 de enero de 2019

Que jartera ir a un Banco


Estos días de asueto son propicios para realizar algunas diligencias que durante las jornadas laborales regulares no son posibles. La revisión técnico-mecánica del carro, los exámenes de laboratorio de control, las vueltas del banco, todas ellas a cuál más jarta. Siendo las vueltas bancarias la primera de la infortunada lista.  
No soy amigo de los bancos, aunque los considere un negocio necesario para el funcionamiento natural de la economía. Para poner la cosa en términos sencillos a la banca la veo como un mal necesario. Para acabar de completar mi tortuosa relación con los bancos, asistir a las oficinas bancarias implica, por lo general perder tiempo y seguramente dinero. Mejor dicho, nuevamente en palabras simples, es una mamera ir al banco.  
Esta relación que la podría considerar como difícil, no toma en consideración el oneroso costo de los servicios bancarios, aspecto que sin duda afectaría mi ya deteriorada relación. La razón que explica este último punto es muy sencilla, yo acepto y entiendo que los bancos son un negocio y en ese aspecto de la vida la relación oferta contra demanda impera. Olvidando entonces el alto costo de los servicios bancarios, mi relación con ellos podría mejorar si estas instituciones tuvieran en cuenta algunas de las siguientes sugerencias:
  • No llamar a ofrecer sus servicios bancarios. Utilicen otros medios para sus ofertas.  
  • Usar el celular dentro de sus oficinas. No permitir su uso es una medida de seguridad inútil.
  • Permitir sacar el monto que se estime necesario en sus cajeros electrónicos. 
  • No obligar a quitarse la gorra o cachucha al ingresar a sus instalaciones. Otra medida de seguridad inútil.
  • Poder hacer la mayor cantidad de operaciones por vía electrónica. 
  • Los préstamos con tasas favorables no deben estar condicionados a la toma de otros productos del banco.
  • Las transacciones deben ser inmediatas. La tecnología ya lo permite.
  • El temor por la conocida letra pequeña, en sus contratos, no debe existir. 
  • Sus asesores deben atender con prontitud.
  • El monto para pagar, por sus prestamos, debe ser claro desde el principio.


¿Mucho pedir? De pronto consiguen un amigo que al menos no se refiere a sus altos costos y de paso los sacamos de la lista de cosas jartas para hacer.