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jueves, 20 de febrero de 2020

Ser reumatólogo


Hace unos días, mientras estudiábamos los posibles diagnósticos que un inusual caso planteaba, el residente de medicina interna en turno comentó que los otros especialistas perciben al reumatólogo como un rarólogo. “Si no sabes que tiene tu paciente envíaselo a un reumatólogo” es la consigna. Aunque el comentario lo asumí como un cumplido, hice caso omiso a la referencia y decidí investigar la veracidad de esta afirmación.
Al igual que nuestros pacientes comencé por preguntarle a Google si los médicos rarólogos existían. Como deben suponer Google pensó que estaba ante la pregunta de otro desocupado más y me mandó a otras opciones no relacionadas con mi búsqueda.
Luego de varios intentos me encontré con una elegante nota publicada en Medscape por el Dr. Stephen Paget titulada: ¿por qué entré en reumatología? En su exposición de motivos el Dr. Paget mencionó el impacto producido por un docente reumatólogo que, con el estilo de Sherlock Holmes, descubría los raros casos que se presentaban en el hospital. En el momento me sentí identificado, la misma experiencia tuve cuando fui discípulo de Antonio Iglesias Gamarra. Yo también quería ser un detective de enfermedades raras. Dos referencias adicionales, una norteamericana y otra procedente de la literatura alemana, sustentaron el comentario del rotante confirmando que el concepto estaba generalizado.
Sin embargo, en el día a día el reumatólogo no es un rarólogo, es en realidad un “frecuentólogo” y “dolorólogo”. Nuestra consulta diaria está llena de pacientes afectados por patologías inflamatorias, mecánicas y de tejidos blandos productoras de dolor crónico incapacitante. La sociedad española de reumatología publicó una interesante monografía en 2017 titulada “Evaluación del dolor en reumatología”. En ella, datos obtenidos de 34 centros reumatológicos muestran que el dolor está presente en el 95 por ciento de los pacientes que acuden a las consultas. Es, en la mayoría de los casos, el principal motivo de consulta, y en el 80 por ciento es de evolución crónica. Los reumatólogos estudian las características del dolor, su distribución, intensidad, repercusión y manifestaciones añadidas, como signos inflamatorios y signos extraarticulares y de otros órganos. Todo esto con el objetivo de establecer el diagnóstico diferencial y preciso de las diferentes patologías y estructuras del aparato locomotor afectadas. Los diagnósticos más frecuentes causantes del dolor son las artropatías inflamatorias (30%) y la artrosis (27%), seguidos por los reumatismos de partes blandas (17%, tendinitis, bursitis, síndrome miofascial) y las dolencias vertebrales no específicas (8%). También, se identifica que un 4,1% tiene dolor de origen neuropático lo que amplía el espectro de atención de pacientes.
Rarólogo, frecuentólogo o dolorólogo, el reumatólogo es el médico idóneo para estudiar, diagnosticar y tratar el amplio grupo de enfermedades autoinmunes o autoinflamatorias y musculoesqueléticas inflamatorias o mecánicas, que impactan de manera importante la morbimortalidad y la calidad vida de los afectados por estos padecimientos.

                                                                                           Solo ves lo que sabes.
       JW von Goethe



BIBLIOGRAFIA.

Paget S. COMMENTARY. 'Why I Went Into Rheumatology' Medscape. February 07, 2017


Manger B, Swoboda B. Rare rheumatic diseases. Z Rheumatol. 2016 Mar;75(2):133. doi: 10.1007/s00393-016-0055-9.

Kay J. Rheum Dis Clin North Am. 2013 May;39(2):xv-xvi. doi: 10.1016/j.rdc.2013.03.008.

Plana Veret C, Seoane Mato D, Gobbo Montoya M, Vidal Fuentes J. Evaluación del dolor en Reumatología. Estudio EVADOR. Madrid: Sociedad Española de Reumatología; 2017.




domingo, 16 de febrero de 2020

El Macho

La lenta pero inexorable desaparición del arquetipo de masculinidad conocido como “El Macho” no tiene reversa. A esta conclusión he llegado luego de revisar algunas publicaciones hechas en los campos de las ciencias sociales y la medicina. De una parte, agudas observaciones presentadas por científicos sociales dan cuenta del beneplácito colectivo a cierto tipo de comportamiento dulzón observado en los jóvenes de hoy en día. Tardarse horas en el baño depilándose, delineándose las cejas y alguna otra práctica mas, ya no son comportamientos exclusivos de las hijas de Venus. Los jóvenes actuales compiten con las niñas por cremas hidratantes, mascarillas y todos los artículos para el cuidado de la piel imposibles de identificar por un “macho” de hace unos años.
El comportamiento tipo macho es observado en la sociedad desde tiempos inmemoriales. El primer hombre del que se tiene noticia realizando una conducta machista fue identificado en la Edad de Piedra. Su nombre Pedro Picapiedra o Fred Flinstone para la audiencia norte americana. El patrón de conducta de Pedro y sus contemporáneos no los llevó a la extinción mas temprano de milagro. Glotones hasta el hartazgo y poco amigos del ejercicio cultivaban una peligrosa obesidad manifestada en un notable diámetro abdominal. Pedro era un autentico “macho”, barrigón de abundante cabello y pelo en pecho, fanfarrón, galante con las damas, malgeniado, cobarde con los insectos y fanático de reunirse con amigos a ver un partido de futbol, comer y tomar cerveza.
Pues bien, este tipo de comportamiento se sostuvo por mucho tiempo hasta años recientes cuando el llamado metrosexualismo y las investigaciones biomédicas impactaron la conducta masculina. Los actuales hijos de Adán son metrosexuales, se preocupan por su imagen, utilizan cosméticos, invierten en buena ropa y se someten a una que otra cirugía estética. La juventud del siglo XXI no se ve representada por Homero Simpson, sucesor directo de Pedro Picapiedra.
La causa abolicionista del “Macho” se apoya en las investigaciones biomédicas. Estas demostraron el pésimo impacto en la salud derivado de los malos hábitos alimenticios y la obesidad consecuente. Ya no se puede roncar, las patologías asociadas a los ronquidos son de tal magnitud que esta costumbre del macho natural debe ser corregida so pena de múltiples dolencias cardiovasculares.
De manera que en las ultimas reuniones del club de Toby y su filial de los búfalos mojados se votó por unanimidad a favor del ejercicio, los hábitos de vida saludables y el control de los ronquidos. Por otro lado, el comportamiento tipo Homero y el depilado de las cejas fueron totalmente rechazados.