Conocí la grafología1 de la mano del padre
Octavio Romero. Cursaba el quinto año del bachillerato cuando el nuevo profesor
de religión, Octavio, comenzó a sorprendernos durante sus clases. En ellas, el
padre hacía comentarios, relacionados con nuestra personalidad, que no podían ser
notados por alguien que apenas nos estaba conociendo. Ocurría mientras desarrollábamos
las guías; el padre se sentaba, tomaba nuestro cuaderno y con solo mirar las
hojas y hacer un par de preguntas, empezaba a descubrir nuestras cuitas. Todos
estábamos boquiabiertos. ¿Cómo hacia este señor para saber aspectos de personalidad,
sin conocernos?
Hoy, tantos años después, desconozco si el grueso del
grupo se enteró de la táctica empleada para hacer sus comentarios. De lo que si
estoy seguro es que sus recomendaciones nos llevaron a ser mejores personas y
en algunos casos a descubrir uno que otro problemita.
El padre usaba la grafología, combinada con las agudas
observaciones propias de la experiencia, para develar algunas características
del comportamiento o de la personalidad de sus jóvenes estudiantes.
Utilizando las herramientas mencionadas, el padre Octavio
notó que los problemas económicos producían en mí, una preocupación mayor que
la observada en otros compañeros.
Al punto de comenzar el último año del Bachillerato, el
colegio a través de Octavio, lanzó el último de los salvavidas que ayudó a mi
familia con los problemas mencionados. Pues a la media beca concedida por el
padre Aguilar, unos años antes, se sumaba el nombramiento en el cargo de
conserje del colegio durante los dominicales y festivos.
Aceptar este trabajo, tuvo sus implicaciones. Por ejemplo,
la blancura de mi piel no se afectaría por los domingos de playa cancelados de
un tajo. En cambio, el domingo de futbol no se afectó. Toda la vida fue por
radio y lo siguió siendo por muchos años más. Pero eso poco importaba, lo bueno
era recibir un salario mensual básico que además era engordado por los recargos
dominicales. Para mi fortuna, la presidencia de Uribe con sus propuestas de
eliminar los recargos por dominicales, festivos y horas nocturnas, aún estaba
muy lejos del panorama político nacional.
Fue así como durante dos años, el último de bachillerato y
los primeros semestres de universidad dispuse, gracias a la grafología y al
padre Octavio, de un empleo que generó recursos redentores y también algunas
historias que otro día les contaré.
1. Grafología: Técnica que estudia
las características psicológicas de las personas a través de la forma y los
rasgos de su escritura.