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martes, 31 de diciembre de 2019

Nostalgias musicales

Hace algunos días un amigo, ya casi hermano, me recordaba mi inclinación por los temas generadores de nostalgia. Aunque el comentario requiere un análisis profundo, la fecha no es propicia para honduras filosóficas intrascendentes. Pero para darle cuerda al comentario de mi estimado condiscípulo y contertulio, traigo a los seguidores de esta columna, una selección de mis últimas nostalgias propicias para las fiestas del fin de año.
Solo para ambientarlos en el tema les cuento que desde hace algún tiempo me dedico a recopilar canciones viejas capaces de generar alguna remembranza agradable.
Hoy les quiero dejar una colección del último trabajo de búsqueda nostálgico musical. Como deben suponer no existe ningún orden de presentación ni ningún elemento de búsqueda sistemática.  El único criterio de selección es que yo recuerde con agrado alguna parte del tema o la melodía.  
Si esta recopilación les recuerda algún momento especial, una nostalgia, este trabajo habrá obtenido su mejor recompensa, si no es así usted tiene menos de 40 años.

1.    El cuarto de Tula. Esta melodía cubanísima tiene múltiples versiones. Les traigo del Buena Vista Social Club 1997  

2.    Tienes que quererme. De la orquesta de Chico Cervantes 1976.

3.    Vámonos de fiesta. Los Blanco de Venezuela podrian tener todos los temas de esta lista. Traigo este número de 1984 por ser una melodia propia de le época y buena para bailar.

4.    Buscandote. De 1977 con la voz de Peper Pimienta Diaz, los Latin Brothers.

5.    Fiesta. Del decano de los conjuntos cubanos La Sonora Matancera 1979.

Envío a todos los que han tomado algo de tiempo para leer esta nota mis mejores deseos para el nuevo año.

Chao.



jueves, 26 de diciembre de 2019

Ley zanahoria

Faltaban pocos minutos para las siete de la mañana, el hambre, el sueño y el cansancio propios del post turno trocaron en una profunda sensación de hastío.  El penetrante hedor a sangre, causante de mi primera impresión negativa cuando debuté en el San Juan de Dios, vencía sin atenuantes al olor de los desinfectantes inútilmente aplicados para limpiar y disimular el olor de la sangre derramada por los heridos. En el largo pasillo de acceso a la mayor central de urgencias de la capital, una macabra fila de cadáveres producto de la letal mezcla, licor y parranda, esperaba a los funcionarios encargados de los trámites necesarios luego de una muerte violenta.
Recorrí el trayecto del pasillo en silencio, cabizbajo, me costaba entender los motivos para ese comportamiento violento en el día de la madre, una fecha propicia para expresar amor y fraternidad. ¿Cuáles son las causas de semejante caos? ¿Porqué no se interviene? las cifras son patéticas, ¿A quien le convendría?
Quizás los únicos beneficiados, si es que así se les puede considerar, de esta tragedia colectiva eran los médicos en entrenamiento quirúrgico. Con semejante volumen de pacientes no había más remedio que aprender.
Tendrían que pasar dos años más de violencia, en cuanto fin de semana y festivo hubiese, para encontrar una respuesta y una intervención efectiva.
La elección de Anthanas Mockus como alcalde de Bogotá introdujo conceptos de educación ciudadana que al cumplirse darían un vuelco real al comportamiento de los capitalinos. La ley zanahoria fue la respuesta a mis preguntas y la forma de mitigar una forma de violencia inaudita. Mockus logró lo impensable, disminuir el cóctel licor/parranda prolongada. Con esta ley los lugares de diversión y venta de licor eran cerrados a la 01:00 am. Como consecuencia de los bajos niveles de alcohol las trifulcas y los accidentes de transito disminuirían.
Santo remedio, el 31 de diciembre del primer año de vigencia de la ley tuve turno de jefe de urgencias en San Juan. Por las experiencias anteriores teníamos todo preparado para recibir la acostumbrada tanda de heridos. A las 12:00 no había llegado nadie. Hubo tiempo para estrechar abrazos de feliz año con el personal de turno. Pasada la una de la mañana los residentes de cirugía me expresaron con sorpresa, como gracias a una ley, por primera vez en muchos años no tenían pacientes para operar durante un turno.


domingo, 1 de diciembre de 2019

Decálogo

Un apreciado colega en trance de periodista me anunció una entrevista para su medio de difusión. Encantado con la propuesta, pregunté el temario de la entrevista para llegar preparado a la grabación y no salir con un chorro de babas.
Muy formal el amigo y colega me propuso comentar algunos aspectos presentados en una conferencia dictada en el año 2017 sobre el quehacer médico en la consulta reumatológica. En esa presentación expuse algunas ideas sobre el manejo del consultorio desde diferentes aspectos. El tema inicial inventado y adjudicado por el Dr. Diego Saaibi, presidente de aquel congreso en Bucaramanga con algún propósito todavía, tres años después, no identificado y ahora perdido en el marasmo del tiempo, fue mutando de su idea original a otra muy distinta de la actual presentada en otros escenarios.
Animado por la propuesta y siguiendo la idea de la mencionada conferencia fui escribiendo lo que decidí llamar el decálogo de mi consulta y que hoy decido hacer público con algunos propósitos. La primera razón de publicarlos es obligarme a cumplirlos permanentemente. Sin pretender justificarme no es fácil mantener una línea de conducta en donde intervienen tantos actores. Me motiva también escuchar sus comentarios y los consejos que se puedan derivar de sus anotaciones. Estas servirán para mejorar aspectos no abordados por los puntos iniciales presentados en esta entrada. A propósito de aspectos no abordados dejo claro, antes de iniciar, que estos 10 puntos nada tienen que ver con los aspectos administrativos que un consultorio, oficina o centro de atención de pacientes deban cumplir para efectos de acreditación, habilitación o cualquier norma que nuestra “santanderista” república invente o copie de otro estándar.
Ahora si, con el conocimiento de mis limitaciones y debilidades y obrando de acuerdo con este conocimiento sin ninguna pretensión les presento mis consejos para reumatólogos, léase médicos, jóvenes con miras a mejorar su ejercicio profesional.
1.    Ama con pasión lo que haces
2.    Piensa antes de hablar
3.    No hables mal del diagnóstico hecho por otro colega
4.    Escucha a tu paciente
5.    Siempre examina, toca a tu paciente
6.    Deja espacios libres en la agenda
7.    El personal que te asiste debe ser tan amable como tu.
8.    Explica al paciente y su familia el diagnóstico y su tratamiento.
9.    Resuelve las dudas presentadas y orienta en las no relacionadas con tu experticia.

10. Se atento.