El establecimiento
Luego de varias semanas de debate electoral llego a la misma
conclusión intuida en los albores de la contienda, tenemos buenos candidatos.
Incluyendo a la exfiscal Vivían Morales que poco figura en las encuestas, y sin
considerar a los que están por debajo del 1% en la intención de voto, los
colombianos tenemos seis candidatos con las condiciones necesarias para ser
presidente.
Este hecho que puede parecer muy afortunado es, para mí, el
gran problema en el que está metido nuestro país. Si bien las encuestas traen
resultados a favor y en contra de unos y de otros, lo que al final va a pasar,
producto de la pluralidad vista hasta ahora, es que el ganador va a tener al
“Establecimiento” en su contra.
El establishment o
establecimiento, eufemismo muy gringo pero excelente, para llamar a cierta
clase dirigente de los países que llevan en la sombra los hilos del poder, no
debe estar muy contento con los resultados de las encuestas.
Duque, ganador hasta ahora de las encuestas, representa a un
sector del establecimiento, pero tiene en su contra a medio país que no quiere
ver a Uribe nuevamente metido en la casa de Nariño.
Petro, sí que la tiene dura. Sus votos están en los jóvenes
y en los estratos bajos, muy importantes en el caudal electoral, pero de
establecimiento nada. Petro, con todo el establecimiento en contra, le será
imposible gobernar. De ganar este candidato, Colombia perderá cuatro años de su
historia.
Fajardo, tampoco tiene establecimiento, si hace bien las
cosas lo pueden apoyar, pero está corto de votos. Para colmo de sus males, su
fórmula vicepresidencial es lo más anti-establecimiento que puede haber,
situación que lo mete en problemas. Sin establecimiento y sin muchos votos,
probablemente no le alcance para segunda vuelta.
Vargas, al igual que Duque, tiene la otra mitad del inefable
establecimiento, pero por su conocido talante se puede decir que lo mastican,
pero no lo pasan. Si logra poner a marchar la maquinaria puede funcionar, pero
por ahora está de cuarto en la intención de voto y lejos de la segunda.
El pobre De la Calle ya no tiene ni establecimiento ni
votos. Lástima, es el mejor candidato gramo por gramo, como dirían en el boxeo,
pero la vorágine de la paz y los malos movimientos del gobierno Santos, lo
dejaron en los rines.
Total, aunque hay buenos candidatos en todas las tendencias
y con los pergaminos para ser presidente de este país, el establecimiento no
tiene un candidato con el que se sienta conforme y por tanto no va a dejar
desarrollar un gobierno en paz.
Que vaina...