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lunes, 9 de enero de 2017

El renacer del verbo prever

El primero de noviembre del 2016, a las 6:19 am, tomé el bloc de notas y empecé a escribir sobre un tema que desde hacía varios años llamaba mi atención. Esto fue lo que a esa hora de la mañana anoté como abrebocas del tema:
“Las acepciones número 1 y 3 del verbo prever y sus sinónimos están a punto de desaparecer. ¿A qué me refiero? No vayan a creer que no tengo tema para contarles y salgo con cualquier pavada. No, la cosa es en serio.
Primero veamos las acepciones del verbo prever en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española:
1. Ver con anticipación.
2. Conocer, conjeturar por algunas señales o indicios lo que ha de suceder.
3. Disponer o preparar medios contra futuras contingencias.

Ahora sí, el cuento. Resulta que, con la inmediatez de las comunicaciones modernas y la eficiencia de las redes de servicios, ya nadie prevé o dispone las cosas con anticipación para tal o cual situación. A los jefes y por ahí derecho a todo el mundo, les parece normalísimo poner un mensaje de texto o un correo electrónico a sus subalternos o a quien le plazca sin considerar la hora.
Si el jefe necesita, un domingo por la noche para amanecer festivo, un dato para una presentación que está preparando, no tiene ningún inconveniente en pasar un correo electrónico pidiendo a sus subalternos que se lo tengan a primera hora.
El problema es que esta práctica se populariza. Poco se prevé, no se anticipan los contratiempos o se toman contingencias. Si algo hace falta o falla, se toma el celular y se llama a alguien no importa la hora.”

Aquí llevaba la nota contra las llamadas o mensajes a deshoras. La había dejado así, esperando algo que justificara su ampliación.
Dos hechos ocurridos en los últimos días precipitaron la conclusión de la nota sobre la impertinencia de los jefes y de la gente en general, al enviar mensajes a horas inadecuadas.
El primero: el estado francés reconoce a los trabajadores de ese país el derecho a no ser contactados por sus empleadores después de concluida la jornada laboral. Viva Francia, fuera con el muy gringo "always on", el tiempo libre y de descanso se respeta.
El segundo ocurrió anoche, a la 1:19 de la mañana. Preparando un capítulo para entregar dentro de pocos días, encontré un artículo importante, pero de difícil acceso. Recordé a mi residente, hábil en conseguir estos documentos y le puse en WhatsApp un puntico para ver si estaba de turno o despierto, igual que yo.
Después de puesto el punto me acordé de la nota, la diatriba contra los jefes o superiores que sin escrúpulos ponen a trabajar a sus subalternos a deshoras.
Había que presentar disculpas y por eso salió esta nota.



jueves, 5 de enero de 2017

Selección musical





Hace algunos días tuve el placer de compartir una tarde de música y gastronomía con un grupo de colegas. El grupo, conformado en su mayoría por las nuevas promociones de la universidad, se congregó a la sombra de un palo de mango, como dictan los cánones. La espléndida anfitriona ordenó la preparación de una paella de proporciones faraónicas y dispuso de bebidas para todos los gustos. Fuimos atendidos a cuerpo de rey.
Sin embargo, al promediar la tarde se escucharon algunas quejas con relación a la música elegida para amenizar la reunión. Sin pedir permiso decidí retomar mi vieja costumbre de volverme el picotero del grupo o mejor el DJ, como se dice ahora.
No sé si por la benevolencia de mis jóvenes contertulios o por el temor de hacer enojar al profesor o por la calidad de los temas escogidos, logré hacer sonar una larga tanda salsera. La selección musical estaba conformada por reconocidos éxitos salseros que sin duda igualaban o superaban en edad a la mayoría de los participantes en el ágape gastronómico y ahora musical.
La selección de temas motivó, en uno de mis jóvenes colegas, el recuerdo de canciones que marcaron su crecimiento personal. Inmediatamente recordé el programa de radio A vivir que son dos días. Este programa, emitido por la básica de Caracol para todo el país, contiene una emotiva sección que se llama "Mi banda sonora". Durante la sección, el invitado de turno, presenta las canciones que marcaron alguna etapa de la vida.
La intervención de mi joven colega y el recuerdo del programa me llevó a preguntarme, ¿cuál es la selección de canciones que dejaron alguna huella en mi vida? En ese momento llegaron a mi memoria muchos temas, todos con alguna razón o motivo para ser recordado. Hoy, aprovechando el descanso de fin de año, decidí sacar algunas canciones, no todas, que pueden ser representativas de mi historia musical.
1. Hurí. Garzón y Collazos
2. Soy. La charanga 76
3. Brujería. El gran combo
4. Canto a Borinquen. Willie y Héctor.
5. Luna sanjuanera. Los hermanos Zuleta.
6. En Barranquilla me quedo. El gran Joe.
7. Plantación adentro. Rubén y Willie.
8. Nuestro sueño. Grupo Niche
9. Conciencia. Gilberto Santa Rosa.
10. Matilde Lina. Leandro Díaz

Les pregunto, ¿cuál es su selección musical?