La provocativa invitación de mi amigo Luis Fernando Pinto Peñaranda a escribir nuestro “top ten” de tiras cómicas o dibujos animados infantiles desató tal revolución de recuerdos que decidí escribir esta nota para acompañar y justificar algunos de los elegidos en esta nostálgica lista.
La principal dificultad encontrada durante la confección de esta lista fue elegir los dibujos animados o tiras cómicas que ocuparían los lugares del segundo para abajo. El agente S5 con sus poderosas cartas que daban de baja a los esbirros de su archirrival el Fantasma, lo metí en mi lista tal vez por ser mi mas primitivo recuerdo. El pato Lukas con sus ocurrencias y risibles salidas en falso también luchó por un puesto en mi lista. De mi mayor predilección siempre fueron los enigmáticos héroes de tira cómica como el Fantasma (El espíritu que camina), Mandrake el mago o Kaliman, estos también hacen parte de mis diez mejores. En la franja de superhéroes no puede faltar la liga de la justicia y el enigmático Centella. Los latinoamericanos Condorito, Memin y también clasificaron para esta lista. Debo decir que la silenciosa Pantera Rosa y sus ocurrencias estuvo muy cerca de ocupar el sitial de honor de esta caprichosa lista.
Durante este nostálgico y divertido proceso también supe las series animadas que no harían nunca parte de mis favoritas. Ese lugar lo ocupa sin remordimientos El Correcaminos. Todavía no puedo aceptar que el inteligente y perseverante Coyote fuera víctima de la mala calidad de los productos ACME o de las trampas del dibujante. A este grupo de personajes, que no pierden una, pertenecen también el conejo Bugs Bunny y Loquillo razón por la cual están fuera de este ranking. Este comentario da pie para introducir a mi dibujo animado favorito. Este personaje, un bromista empedernido, hace parte de un dibujo animado de la Warner. Aquí no había ganadores ni vencidos, las maldades se las hacían entre los personajes haciendo uso de los más diversos recursos. El gallo Claudio, Quique Gavilán y Perro ganaban o perdían gracias a sus habilidades para tender una trampa a su rival. No había influencias y sí una alta dosis de humor. Mi personaje favorito es pues el Gallo Claudio con quien me reí y aprendí que un buen bromista sabe hacer bromas y también aguantarlas.