No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, la celebre frase quiero aplicarla hoy a los fieles usuarios de la renovada Avianca. No están lejos los tiempos en que daba gusto alardear del servicio recibido en la aerolínea colombiana. De ella se podrá decir todo lo que quieran, pero los usuarios Avianca plus hoy, añoramos el servicio y la comodidad en los vuelos ofrecidos por esta aerolínea en épocas no muy pretéritas.
Poco rango de inclinación en el espaldar, muy escaso acolchonamiento de la silla y un reducido espacio para las piernas hace pensar que Avianca entró en la política del “low cost” sin aceptarlo y peor aun, sin que se vea reflejado en las tarifas que cada día están más costosas. No entiendo cómo tienen cara para una política de tarifas diferenciales si las sillas son iguales para todo el mundo, pague lo que pague.
Lo grave del caso es que el ejemplo cunde, recientemente tome un vuelo en el viejo mundo de la conocida Air France. Las mismas incomodas y poco espaciosas sillas me tocó calarme en un viaje de dos horas.
Los sobrecargos, azafatas o auxiliares de vuelo, nombre menos discriminatorio, están por desaparecer. Se mantienen, imagino yo, porque las reglas de la aeronáutica las imponen los cuadriculados norte americanos. Qué hacen cuatro auxiliares de vuelo en un trayecto tan corto como Bogota Cali o Medellín? Una vez organizado el vuelo y todo el mundo en su incomoda silla qué tienen para hacer? muy pocas cosas. Porque dentro de la tendencia a “lowcostizar” léase depauperar el servicio, ya los auxiliares no reparten ni el juguito de cajita, ni el reconfortante café y mucho menos las deliciosas achiras. Ah! tiempos aquellos cuando don “Efro” o inclusive don Julio Mario lideraban la compañía. El servicio Ruana Roja de Avianca era de lujo y no lo sabíamos.
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