Hace algunos días escuché en la radio una noticia que llamó mi atención. Una plataforma para aprender idiomas hizo a una encuesta y encontró que Medellín es la ciudad de Colombia que usa el mayor número de palabras groseras en su lenguaje diario. El resultado no sorprende, es mas, si la encuesta hubiese indagado por el uso de palabras usuales convertidas en vulgares por el uso diario, la victoria era por goleada.
El lenguaje es un organismo vivo en constante evolución, moldeado por las dinámicas sociales, culturales y tecnológicas que lo rodean. Como reflejo de este cambio, el uso de nuevas palabras se convierte en un fenómeno inevitable, que enriquece el vocabulario y permite adaptarse a las nuevas realidades.
Un ejemplo de estas últimas sería gonorrea, palabra que, por supuesto no tiene nada de grosera, es un término científico, pero que debo decirlo se escucha feo y si viene pronunciada con acento paisa y con tono agresivo, se puede escuchar y sentir tan fuerte como la peor de las groserías.
A propósito de palabras a las que se les adjudican otros significados y los neologismos que van apareciendo en el léxico del español quiero decir que mis contemporáneos difícilmente podrán entablar una conversación fluida con los jóvenes de hoy, la cantidad de palabras nuevas o con significados cambiados es al menos impactante. Un ejemplo que me llama mucho la atención de estos neologismos es la expresión “cule”. Para los muchachos usar la expresión cule antes de una palabra le adjudica el concepto de abundancia, pompa o lujo. Ejemplo cule carro indica que el auto es lujoso. En el caso del “cule hueso” no significa muchos huesos, lo que indica es que lo referido es de malísima calidad. Ejemplo. Cule película hueso, la película es malísima. Muy curiosa resulta la combinación de cule con poco. Cualquier contemporáneo mío interpretaría al ver la palabra poco como abundancia de escasez, pues no, esta acepción del cule indica mucha abundancia. Cule poco e plata: mucho dinero.
Hay palabras regulares que ahora se usan con un significado o con un sentido diferente, ejemplos de estas podrían ser tóxico, esta palabra hace referencia a personas con comportamiento que produce sentimientos negativos o desagradables en los demás. Por extensión se usa tóxica para referirse a una relación en donde una de las partes se aprovecha de la otra. Las palabras que estando en el diccionario, no eran usadas tanto como ahora ni con el sentido que actualmente se les adjudica son literal, tema y matoneo.
Los idiomas también se nutren de términos traídos de otros idiomas. Un anglicismo que no era usado en mi adolescencia es espoilear. El significado es la revelación de detalles de la trama de una obra de ficción. Debo anotar que en español no disponemos de un termino mas exacto que revelación.
En lugar de ver el uso de nuevas palabras como una amenaza, debemos considerarlo como una oportunidad para enriquecer nuestro lenguaje y adaptarlo a las nuevas realidades. La incorporación de neologismos demuestra la vitalidad y flexibilidad del idioma, permitiéndonos comunicarnos de manera más precisa y efectiva en un mundo en constante cambio.