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domingo, 8 de octubre de 2017

Salir en TV



Terminado el reciente encuentro entre Colombia y Paraguay, por las eliminatorias a Rusia 2018, expresé mi decepción por la pésima presentación del equipo con un lacónico mensaje de dos palabras, dejado en la cuenta de Twitter, “sin comentarios”.
Sin comentarios porque los errores del técnico Pekerman, de James y del infalible Ospina fueron tan notorios que no era necesario escuchar la perorata de los comentaristas deportivos. No había nada que comentar, perdimos por errores evidentes. Apagué el radio, la televisión y me fui a jugar tenis.
Sin embargo, pese a no estar en contacto con los medios de comunicación, pude notar el palo que le dieron a toda la selección por los múltiples errores cometidos. Los medios no dejaron títere con cabeza. De dioses a villanos en 5 minutos.
Lo ocurrido me llevó a reflexionar sobre la situación vivida, no solo por nuestros jugadores, sino también por el seleccionado argentino. ¿A que no adivinan cuál fue la conclusión de mis reflexiones? Perogrullo no lo había podido decir mejor: no hay personas infalibles. Somos seres humanos y todos cometemos errores. Se juzga y se critica sin piedad, olvidando que nadie es infalible, ni siquiera el seguro Ospina o la maravilla Messi.
El problema de Ospina, James, Messi, Pekerman y sus congéneres es que las equivocaciones cometidas salen en la televisión a los ojos de todo el mundo y con repeticiones instantáneas para que no queden dudas. Para colmo de sus males, las fallas ocurren en medio de partidos trascendentes, con la mayor convocatoria de público y que exigen la mayor concentración, pobres tipos.
No son muchos los privilegiados que les repiten en los medios, una y otra vez, sus errores. Pero tienen una ventaja, por esa misma razón ganan muy buen dinero. Messi es uno de los jugadores mejor pagado del mundo y sin embargo su selección aún tiene comprometida su clasificación al mundial.
Lo cierto es que independiente de cualquier cosa, lo que sale en televisión produce morbo y esa circunstancia hace que sus protagonistas reciban grandes sumas de dinero, que se convierte en bálsamo para soportar las críticas.

Me pregunto si estaríamos dispuestos a salir en televisión ejerciendo nuestros oficios y aceptar que nuestros errores sean juzgados por todo el mundo. Tienen la palabra.  

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