La pandemia se multiplica, el dichoso virus es responsable no solo de la afección pulmonar, articular, daño renal, enfermedad cerebro vascular y otras complicaciones ya conocidas. Ahora, como consecuencia de la ansiedad producida por el temor al contagio se esta describiendo otra enfermedad, no tan mortífica como el COVID-19, pero casi tan molesta, es el pseudo-COVID.
Esta manifestación se presenta cuando las personas se enteran del contagio de algún conocido, con quien de pronto se tuvo contacto. También ocurre cuando informan del estado de algún personaje que por la enfermedad ha sido hospitalizado con requerimiento de cuidado intensivo, entonces empezamos a sentir los síntomas del virus en nuestro cuerpo.
Sensación de fiebre, dolor de garganta, dolor en el cuerpo, dolor de cabeza, todas las manifestaciones descritas son percibidas con tal magnitud que las personas se sienten realmente enfermas. Entonces comienza la cascada de eventos, se consultan a los amigos que ya han padecido la enfermedad o a google o a todo aquel que recomiende algo “efectivo”. Se toman todos los corticoides, antibióticos, ivermectina, aspirina, anticoagulantes, colchicina disponibles. Hacen todas las automedicaciones que en otra ocasión el paciente jamás se tomaría. Se toman pruebas de isopado laringeo, se hacen radiografías, tomografías, exámenes de unos y de otros, mejor dicho el caos total.
En el último número de la revista de la facultad de medicina de la Universidad Nacional el Dr. Franklin Escobar y su grupo traen un interesante informe sobre esta manifestación mental de la pandemia por SARS-COV-2. Nos recuerdan los autores que cuando la epidemia de SIDA también se observaron estas complicaciones mentales asociadas a la ansiedad producida por el embate de la infección1.
Los médicos no estamos ajenos a esta situación, debido a nuestra natural exposición a la patología, es muy frecuente que creamos que estamos contagiados sin estarlo. También ocurre que confundamos otros episodios virales con los del COVID-19. Durante este año de pandemia yo he tenido dos episodios virales que he confundido con una infección por SARS. Por supuesto también hemos tomado toda clase de medicamentos, el Redoxon y la vitamina D se venden como pan caliente por culpa del virus y ahora por el pseudo-COVID.
Todos estos hechos son comprensibles, estamos ante un enemigo de muchas caras. Por eso, mientras llegan las vacunas y también después de ellas, no olvidemos que lo más seguro es cumplir con los mandamientos anti-COVID: Tapabocas - Lavado de manos – distanciamiento social.
- https://doi.org/10.15446/revfacmed.v69n1.91032
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