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domingo, 28 de octubre de 2018

Perfectos desconocidos

Perfectos desconocidos es una película italiana, con versión española, que aborda el tema de las relaciones humanas y la privacidad en este mundo digital. Con una buena dosis de humor y de presión psicológica, la cinta muestra lo que ocurre cuando un grupo de buenos y viejos amigos decide, por una noche, permitir que los mensajes llegados a sus teléfonos celulares sean compartidos por todos. Desastre garantizado, si bien la mayoría de los adultos no tienen nada que ocultar, siempre existe la posibilidad de encontrar archivos o de recibir mensajes que son de naturaleza privada, no aptos para el consumo masivo. Imagínense lo que puede ocurrir si usted, ademas, sí tiene mucho que ocultar como se ve en la cinta de marras.
El cuento viene a que la tecnología de las comunicaciones se involucra, de tal forma, en la vida actual que en los celulares se registran todas las actividades del diario vivir. La inmediatez de las redes sociales y el ávido lente de las cámaras celulares parece no tener fronteras. Todo lo que ocurre en los alrededores de un celular es susceptible de ser filmado y posteriormente enviado vía redes sociales a, literalmente, todo el mundo. Es tal la seducción que produce la dichosa camarita del teléfono móvil que se toman fotos y videos de todas las actividades humanas posibles, incluyendo las más íntimas y es allí en donde empiezan los problemas. Porque resulta que hay algo más seductor que tomarse fotografías en todos los modos posibles. Ese algo es chismocear, fisgonear o simplemente mirar las fotografías o los mensajes que otros guardan en la memoria del dichoso aparatico. Y en ese momento, caballero, la vaina cambia de castaño a oscuro. Usted tiene unas fotos, digamos, comprometoras y a su pareja o mamá le da por ver sus archivos o leer su WhatsApp; o peor aún, a usted se le olvidó eliminar un archivo embarazoso y le pasa su celular a alguien para mostrar otras cosas. Desde el momento en que se acuerda y hasta que borra la prueba del delito, se suda el petróleo suficiente para resolver la crisis energética mundial.
Por eso, para evitar esos malos momentos y malos entendidos evite las fotografías o los mensajes comprometedores. No olvide que cualquier registro gráfico o de texto, por muy inocente que parezca, siempre será susceptible de la tradicional y pringamosera pregunta ¿quien es esa o ese? Y así, comenzó Troya.

“En la amistad y en el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber”


William Shakespeare

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