El reinicio de las actividades en la
universidad me recuerda un tema que por lo espinoso había tratado de evitar.
Este año, libre de responsabilidades administrativas, quiero compartir
algunas ideas sobre el hábito de copiar en los exámenes. Para no ser tildado
del "cura olvidadizo" reconozco que copiarse en los exámenes me
produce sentimientos encontrados pues recuerdo mis años de estudio tanto en el
colegio como en la universidad. Capitán inamovible del equipo de los cagaos,
siempre me produjo zozobra las circunstancias que se suscitan alrededor del
acto de copiarse. Sin embargo, faltaría a la verdad si niego que más de una vez
sople varias respuestas a compañeros en apuros. Este acto hoy reprochable, en
aquella época suscitaba un momento de estrés que implicaba cierto
placer. En cambio hoy, conocedor de las implicaciones que tiene el acto de
copiar sobre tantas ejecutorias de la vida, solo puedo hacer un acto de
contrición y tratar de aportar en este aspecto de la formación para buscar una
sociedad mejor.
El fraude en las evaluaciones no es
exclusivo de nuestra tierra. En todo el continente americano hay denominaciones
distintas para el mismo tipo de copia. El término "machete" usado en
la costa atlántica colombiana tiene sus congéneres en el resto de América. Para
los mejicanos un acordeón sirve para interpretar música del Norte y para
copiarse en los exámenes. En el Perú los comprimidos ayudan a mejorar las
enfermedades y los resultados de las evaluaciones. El machete Colombiano
también se usa en Argentina y cuando se cruza el río de La Plata al Uruguay se
conoce como trencito. En la madre patria una chuleta se prepara para pasar un
examen y no para comerla en un restaurante.
La copia no es exclusiva del hispano
parlante, basta hacer un sondeo en Google y rápidamente encontraremos todo tipo
de referencias en todos los idiomas sobre el fraude en los exámenes.
Las técnicas de copiado se han
desarrollado a tal nivel que se puede hacer un postgrado, se imaginan las
materias, Machete 1 y 2, técnicas de copiado electrónico, el celular en la
copia, como distraer al profesor, ventriloquia, las posibilidades son
infinitas.
Partiendo de alguna referencia donde
se plantea la inutilidad de preocuparse por la copia pues siempre ha existido.
Propongo convertir el hábito de copiar en una estrategia para mejorar el
proceso de enseñanza y la calidad de las evaluaciones usando la técnica del
gran "machete”. En esta los estudiantes llegan al examen con los libros
que recogen el conocimiento objeto de evaluación. Se plantean preguntas con
respuestas argumentativas que se responden con la ayuda del libro haciendo un
análisis de los datos. Para los casos en donde el conocimiento memorístico deba
ser evaluado sin la interferencia de la molesta copia los exámenes orales son
la opción para evitar este hábito. El problema para implementar estas
evaluaciones es que no se sabe para quién son más exigentes si para los
estudiantes o para los docentes.
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