Estos días de asueto son propicios para realizar algunas diligencias que durante las jornadas laborales regulares no son posibles. La revisión técnico-mecánica del carro, los exámenes de laboratorio de control, las vueltas del banco, todas ellas a cuál más jarta. Siendo las vueltas bancarias la primera de la infortunada lista.
No soy amigo de los bancos, aunque los considere un negocio necesario para el funcionamiento natural de la economía. Para poner la cosa en términos sencillos a la banca la veo como un mal necesario. Para acabar de completar mi tortuosa relación con los bancos, asistir a las oficinas bancarias implica, por lo general perder tiempo y seguramente dinero. Mejor dicho, nuevamente en palabras simples, es una mamera ir al banco.
Esta relación que la podría considerar como difícil, no toma en consideración el oneroso costo de los servicios bancarios, aspecto que sin duda afectaría mi ya deteriorada relación. La razón que explica este último punto es muy sencilla, yo acepto y entiendo que los bancos son un negocio y en ese aspecto de la vida la relación oferta contra demanda impera. Olvidando entonces el alto costo de los servicios bancarios, mi relación con ellos podría mejorar si estas instituciones tuvieran en cuenta algunas de las siguientes sugerencias:
- No llamar a ofrecer sus servicios bancarios. Utilicen otros medios para sus ofertas.
- Usar el celular dentro de sus oficinas. No permitir su uso es una medida de seguridad inútil.
- Permitir sacar el monto que se estime necesario en sus cajeros electrónicos.
- No obligar a quitarse la gorra o cachucha al ingresar a sus instalaciones. Otra medida de seguridad inútil.
- Poder hacer la mayor cantidad de operaciones por vía electrónica.
- Los préstamos con tasas favorables no deben estar condicionados a la toma de otros productos del banco.
- Las transacciones deben ser inmediatas. La tecnología ya lo permite.
- El temor por la conocida letra pequeña, en sus contratos, no debe existir.
- Sus asesores deben atender con prontitud.
- El monto para pagar, por sus prestamos, debe ser claro desde el principio.
¿Mucho pedir? De pronto consiguen un amigo que al menos no se refiere a sus altos costos y de paso los sacamos de la lista de cosas jartas para hacer.
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