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domingo, 11 de agosto de 2019

Moda y clima


Recientemente descubrí el gusto por conocer la cotidianidad de los tiempos pasados. Quiero entender el discurrir de la vida en los años anteriores a nuestra cómoda actualidad llena de infinidad de tecnologías y facilidades. Hace solo unos días, mientras veía un documental con fotos de la vieja Barranquilla, noté la indumentaria de las personas que en ellas aparecían. Fotografías panorámicas, obtenidas en zonas populosas como el paseo Bolívar, parecían tomadas para propaganda de alguna prestigiosa marca de ropa para hombre. En todas ellas se nota como la gran mayoría de los hombres visten de “punta en blanco” a pesar del conocido clima de nuestra región. Me imagino que también en esa época se aplicaba aquel aforismo que dice “La moda no incomoda” pero de todas maneras ¿cómo hacían para tolerar la temperatura con esa moda?  
Desde que me encontré esos registros fotográficos tenía esa pregunta en remojo para formulársela a una persona idónea. Ese momento llegó hace unos días cuando tuve la oportunidad de sentarme a conversar con dos personajes que comparten unos dones extraordinarios para nosotros los admiradores de la historia. Alfredo Bernal y Freddy Torres tienen dos atributos necesarios para resolver mis preocupaciones producidas por las fotografías. Primero, la edad necesaria para haber vivido la época y segundo una memoria prodigiosa que acompañan con anécdotas de la época siempre agradables de escuchar.
Al punto de mi pregunta sobre la vestimenta de la época mis interlocutores contestaron que en esa época todos, aun los mas jóvenes, se vestían con traje de lino blanco y corbata de color oscuro acompañado del tradicional sombrero de tartarita. Las fiestas se producían en las casas y en las calles polvorosas de la ciudad pues no existían los lugares para hacer eventos de hoy. Ahora, por mucho que los trajes fueran de lino ¿cómo hacían para soportar el calor con esa indumentaria?,
El señor Bernal pensó un poco la pregunta, pero respondió con tal seguridad que me convenció con su argumento. En aquella época la penetración del cemento, gran acumulador de calor era escasa. La mayoría de las casas eran construidas con el fresco bahareque y techo de paja, las calles no tenían pavimento, había muchos árboles y la cercana brisa de la rivera lograban un clima mas agradable al interior de los recintos y una temperatura en la ciudad más reducida que la actual.
Contestadas mis preguntas iniciales, surgieron otras también interesantes, pero por no disponer de espacio, después las cuento, chao.



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