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lunes, 6 de junio de 2016

Los paseos




Los estudiosos del comportamiento humano anotan con frecuencia que el desarrollo de la vida en comunidad y posteriormente la institución del matrimonio, permitieron el crecimiento de nuestra especie y su fortalecimiento. El análisis del comportamiento de tribus nómadas versus sedentarias concluyó que el hombre pasó de moverse solo y con libertad por las llanuras, cazando lo que podía, a vivir en tribus establecidas, recolectoras, regidas por las leyes del comportamiento grupal que fortalecieron la especie.

Pero, ¿qué nos depara el futuro?, podemos hacer conjeturas sobre el estilo de desarrollo social que se practicará en los siglos venideros. A juzgar por algunas situaciones observadas en las familias actuales, a veces pienso que los giros de la historia pueden llevar a cambios radicales en la sociedad como hoy la conocemos. A esta lapidaria conclusión he llegado luego de analizar el comportamiento de las familias que tratan de salir a disfrutar de un paseo corto decidido a última hora. Independientemente del número de integrantes del grupo familiar se arma la de Troya por las razones más disímiles. Los primeros que arman lío son los que no quieren ir porque ya tenían otro programa. Estos mismos condicionan su asistencia a la presencia de Wifi y televisión con cable de Directv servicio Premium, es decir con todos los canales habilitados. Causa frecuente de problemas en estos paseos es el contenido inadecuado de la maleta. Ocurre que no empacan lo necesario o se presentan con una maleta como para dar la vuelta al mundo imposible de acomodar en el transporte.
Se observa también a los que quieren invitar a la pareja para no aburrirse, ese detalle adicional genera incomodidad y aumenta el presupuesto de gastos. Los olvidadizos son otro problema, olvidan los artículos de aseo personal, los teteros, la leche en polvo, los medicamentos de uso crónico, siempre se olvida la bolsa en donde va el repelente y bronceadores comprados en oferta hace un mes por si había paseo. Ni que decir de las familias con hijos pequeños que llevan todo un Pepe Ganga en el baúl del carro y siempre, independiente de lo lleno a reventar que estén las maletas, se olvida algo.
De lo peor son los futurólogos, al menor contratiempo empiezan a decir "se los dije", "vieron", "yo sabía" "para qué vinimos".
Se arma tal despelote en el grupo que dan ganas de no asistir al prometedor paseo. No solo eso, dan ganas de enviar las teorías evolutivas que pregonan la importancia de la vida en comunidad a donde sabemos y volver a ser un solitario cazador en la llanura.

























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