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domingo, 13 de septiembre de 2015

Más de las generaciones

Hace unos días traía a cuento como los giros idiomáticos pueden servir para identificar a las generaciones. Recordarán mis amigos contemporáneos que en nuestra adolescencia el uso de palabras terminadas en las letras "eta" buseta, bicicleta, pantaloneta, estaba proscrito. El infractor de aquella norma generacional era enviado por los interlocutores a buscar un semental de burro dotado con el aparato reproductor prominente. De manera que para evitar la burla, los jóvenes amputaban las palabras terminadas en la sílaba mencionada generando un particular acento cuasi francés: vamos a tomar la "busé", préstame la "pantaloné"
Los giros idiomáticos no son exclusivos de la juventud, ni más faltaba los mayores también tenemos derecho a innovar. Una de esas innovaciones patrocinadas por las generaciones mayores fue la que ocurrió con el verbo poner. Con el poder que da la sentencia "vox populi vox Dei" se decretó la reserva del verbo poner para uso exclusivo del gremio aviar. Si usted quería poner algo había que colocarlo, situarlo o instalarlo pero jamás ponerlo pues esta acción estaba reservada solo para los huevos de las gallinas.
Otro verbo que con la influencia del interior del país comienza a tener giros idiomáticos es el verbo colaborar. Según la Real Academia de la lengua Española el significado de colaborar es trabajar con otra u otras personas en la realización de una obra.
Ocurre que los dependientes de diferentes lugares en donde se atiende público utilizan el "yo le colaboro" para todo. Usted asiste a una cafetería a comprar una empanada y un café o pide que le limpien una mesa en un restaurante o llega a comprar una boleta para un espectáculo y entonces el empleado responde con acento cantado como del interior del país, "ya le colaboro". En qué me va a colaborar, en ayudarme a comer la empanada o tomar el café, no porqué ese trabajito me toca a mí. Me colabora en limpiar la mesa, tampoco porqué ese oficio le toca a él. Tampoco creo que este interesado en "colaborar" con el costo de la boleta. Pareciera que usar el verbo colaborar mantiene un nivel de superioridad de aquel que lo usa. En ningún caso la tal colaboración es válida, el idioma tiene otros verbos que pueden ser usados como atender, servir, ayudar y que no significan una pérdida de rol ni de status social para el que los ejerce.
Aciertan los lectores con otras palabras usadas por las nuevas generaciones como "Total" "Bro" "Marica" que con la nota sobre el uso del verbo "colaborar" nos "pone" a pensar en lo maravilloso y dinámico que es nuestro idioma. 


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