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domingo, 6 de abril de 2025

Multa

Hace unos años celebramos los 30 años de egresados de la facultad de medicina. Una de las actividades que mas disfrutaron los colegas y sus acompañantes fue la visita programada a los nuevos sitios de interés que muestra nuestra ciudad.

Fue tan exitoso el tour que siempre que tenemos la visita de  colegas o amigos del interior del país los invito a dar una vuelta por los lugares mas representativos de la nueva Barranquilla.

Este fin de semana fui invitado a un encuentro de médicos dermatólogos y reumatólogos que ya habían visitado la ciudad recientemente. Aunque los visitantes tenían el tiempo limitado por la salida al aeropuerto se propuso la visita sin incluir los sitos tradicionales. Lo que no sabíamos es que este tour nos mostraría una cara inesperada de la ciudad de mis amores.

Visitamos las casonas del viejo prado, los recién pintados callejones y los barrios de los alrededores. Cuando ya terminaba el paseo por la ciudad un imprevisto reten de policía de tránsito nos hizo señas de que debíamos orillarnos.

No me preocupé, teníamos tiempo suficiente para llegar al aeropuerto. Detuve el carro y saqué los documentos solicitados por el policía. Continuamos conversando cuando la voz del agente corto la charla y nos dejo de una pieza. El pase estaba vencido y debía retener el automóvil.

No sabíamos que decir, yo estaba bloqueado. Quien sabe que cara tenia yo, lo cierto es que el agente captó mi reacción y escuchó pacientemente mis explicaciones. Insistí en que tenia unos delegados importantes del congreso para los que estábamos haciendo un city tour. Se apartó de la calle y comenzó a preguntar a todos sus compañeros. El jefe o el superior del turno no estaba por allí.

-Yo no pago sobornos- dije a mis acompañantes. El grupo de policías no tomaba una decisión y el tiempo continuaba pasando, que desespero. Como siempre ocurre comenzamos a referir anécdotas pasadas de como se recibían los sobornos. En Bogotá los sobornos se podían pasar por Nequi.

El comandante del grupo se acerco nuevamente al carro. Con la misma actitud un tanto hostil se dirigió a mi directamente. Pueden irse – dijo sin titubeos. Saque su pase rápido y de gracias que esta acompañado por dos doctoras muy bonitas.

No di chance a que se arrepintiera, nos fuimos lo mas rápido posible. Los aviones nos esperaban.

La conclusión fue que después de todo, en Barranquilla, quien va acompañado con una mujer bonita, no le cobran las multas de transito solo se dan una reconvención verbal y un piropo.

domingo, 16 de marzo de 2025

Padres e hijos


Incluso el padre más despreocupado entiende que su labor principal es cuidar de sus hijos. Para los médicos, la responsabilidad es aún mayor, por lo que la vigilancia siempre ha sido doble. Cuando eran pequeños, les enseñé a cruzar la calle con precaución, a no hablar con extraños y a no abusar de los dulces. Les insistí en que usaran suéteres cuando hacía frío, en que descansaran lo suficiente, en que respetaran a los mayores y en que evitaran el consumo de alcohol. En fin, los padres nos convertimos en guardianes cariñosos, convencidos de que, sin esa supervisión constante, el mundo podría devorarlos.

A medida que crecen, deseamos que sean exitosos, que tomen buenas decisiones, que sean dueños de su vida y que encuentren la felicidad. Lo que no esperaba era que, con el tiempo, los papeles se invertirían tan pronto.

Ahora son ellos quienes vigilan. Nos observan con atención: si estornudo, ya me preguntan si he pedido cita con el doctor. Si camino rápido, creen que me voy a caer; si camino lento, sospechan que algo no anda bien. Y si les digo que estoy bien, no me creen. Quieren pruebas, exámenes, resultados.

Antes podía negociar con ellos. “Déjame ir a la fiesta hasta más tarde”, decían cuando comenzaban la adolescencia, y casi siempre cedía. Pero ahora no hay margen de maniobra. “Papá, tienes que dejar de comer cerdo, fritos y dulces. Eso no es bueno para el colesterol”. “¿Por qué sigues manejando de noche?”. Trato de explicarles que soy médico, que sé lo que hago y que tengo toda una vida tomando decisiones sobre la salud de los demás, incluida la mía. Pero no. Se han convertido en inspectores rigurosos, y mi vida cotidiana es ahora un tira y afloja entre lo que quiero hacer y lo que ellos consideran prudente.

Sé que lo hacen por amor. Que, en el fondo, lo que intentan es retenernos, asegurarse de que no nos vayamos antes de tiempo. Y aunque a veces me molesta un poco su severidad, también me enternece. Porque veo en sus ojos el mismo miedo que alguna vez tuve yo cuando les advertía que no corrieran demasiado rápido o que no se alejaran demasiado. Es el círculo de la vida. Solo que nadie me dijo que, al final, los padres también terminan sintiéndose como hijos.

domingo, 15 de diciembre de 2024

Primera casa

Todavía está en pie la casa donde nací hace un poco más de 60 años. Localizada en el número 21 de la calle Obando, actual calle 42 con avenida Olaya Herrera, actual carrera 46, la casa  ya era vieja cuando me trajeron a este mundo don Camilo y doña Betty. De dos pisos estaba diseñada para albergar dos familias de manera independiente. En la planta baja vivían sus dueños el señor Cleto Plata y la señora Elvira Ariza con su hija, Ángela.
Procedentes de Zapatoca don Cleto y su familia se asentaron en la casa ubicada en el barrio Abajo. El paisanaje con la familia Plata facilitó el alquiler de la segunda planta, a la cual se accedía por una puerta lateral que  conducía a una empinada escalera que un arquitecto de hoy no se atrevería a diseñar.
No tengo noticia del año de construcción ni de quien fue el encargado de llevarla a cabo, pero por su localización en el barrio Abajo, diagonal a la iglesia del Rosario (construida en 1890), debe tener al día de hoy más de 100 años.
Traigo a cuento la vieja casa paterna gracias a un tour organizado por el barrio El Prado en donde nos mostraron con detalle las viejas y elegantes casonas construidas por los años 20. Se dice que este fue el primer barrio con especificaciones modernas que se construyó en Colombia.
Algo va de las casonas del viejo Prado a las casas del barrio Abajo. Las primeras fueron construidas para familias pudientes, algunas de ellas de origen extranjero, que se asentaron en la Barranquilla de principios del siglo XX. El gran desarrollo industrial y comercial facilitó la llegada de arquitectos de prestigio y familias con el poder económico que permitió la construcción de las, aún hoy, famosas casas. En contraste las casas del barrio abajo habitadas por familias de muchos menos recursos, fueron construidas en su mayoría con la técnica del bahareque para las paredes y los techos de paja. Todavía se pueden ver algunas casas de estas características en el barrio abajo.
Sin tener el mas mínimo interés económico, invito a mis lectores a que participen de estos paseos nocturnos organizados por el city lover. En la página de Instagram @elcitylover encontrarán información y otros eventos que recuerdan la historia de la vieja Barranquilla.

domingo, 3 de noviembre de 2024

Agradecido

 Mis queridos hermanos

Estuve dándole vueltas a un texto que pudiera expresar en palabras, todo el agradecimiento que me produce la generosidad manifestada por ustedes en estos difíciles momentos que vivimos mi familia y yo.

Como era de esperarse las palabras se quedaron cortas ante las grandes expresiones de cariño y el apoyo recibido de sus almas generosas.

Por eso decidí ceder la palabra a los grandes pensadores para que sirvan de vehículo a mi corazón y sean ellos con su genialidad, los que me ayuden con este encargo.

Aquí unas frases célebres sobre el don del agradecimiento:

“La gratitud no es solo la mayor de las virtudes, sino la madre de todas las demás.” Cicerón.

“Sentir gratitud y no expresarla es como envolver un regalo y no entregarlo.”

 William Arthur Ward.

“La gratitud es la memoria del corazón.” – Lao-Tsé

“El agradecimiento es la señal de las almas nobles.” – Esopo

“Cuando bebas agua, recuerda la fuente.” – Proverbio chino

“Nada es más honorable que un corazón agradecido.” – Séneca.

Y gracias, muchas gracias a todos.

 


jueves, 12 de septiembre de 2024

Etapas de la vida

Desde las travesuras de la niñez, pasando por la irreverencia de la juventud hasta las reflexiones de la madurez, cada etapa de la vida tiene su forma peculiar de hacernos reír, llorar y, sobre todo, de hacernos crecer.

La primera década (0 a 10 años), la de los primeros pasos y también de las primeras caídas, es la época maravillosa de nuestra vida, donde todos fuimos felices, o por lo menos así nos lo hace creer la nostalgia. En esos tiempos no teníamos ningún problema, las dificultades eran para los padres. Esta etapa de la vida es fundamental para el buen desarrollo de las décadas subsecuentes. Una buena nutrición y un buen entorno familiar con los cuidados necesarios garantizan un exitoso desarrollo posterior.

La segunda década (11 a 20 años) puede ser de las etapas mas difíciles del desarrollo del ser humano. La adolescencia hace su entrada triunfal de la mano del cambio hormonal, llevando a que estos jóvenes crean que se pueden comer el mundo, todo parece fácil, parece que nunca llegaremos a viejos, no se reciben consejos de nadie. Para colmo de males, la sociedad casi que los obliga a escoger su profesión a estos tempranos años de vida, que lío.

La tercera década (21 a 30 años) la podríamos definir brevemente como la de la ubicación. Es una época en la que te sientes invencible. Terminas la carrera y quieres buscar trabajo con sueldos magníficos. Las relaciones amorosas se tornan más estables y ya se quiere buscar pareja definitiva. Las trasnochadas no duelen, te juegas todos los partidos, las decisiones son impulsivas, las fuerzas alcanzan para todo. Juventud divino tesoro.

La cuarta década (31 a 40 años) es cuando empieza la adultez de verdad. Se empieza a recogen los primeros frutos de lo sembrado en las décadas pasadas, frutos buenos o malos. Para bien o para mal en este tiempo ya deberíamos estar perfectamente bien ubicados en todos los niveles de nuestra vida y con una nueva responsabilidad, la crianza de nuevos integrantes de la sociedad.

La quinta década (41 a 50 años) es el tiempo de la consolidación de nuestra profesión y nuestras familias. También en esta etapa se comienza a considerar el cuidado personal, las rodillas duelen después de los partidos y los guayabos duran días. Caemos en la cuenta de que no somos inmortales. Es cuando empiezas a ver las cosas con más calma y tal vez con un poquito de nostalgia.

La sexta década (51 a 60 años) es el momento de los reconocimientos por las ejecutorias en nuestra profesión. Para bien o para mal somos los referentes de la sociedad de la cual participamos. Pero el tiempo comienza a agotarse, de manera que es hora del envión final para lograr un buen retiro.

Cuando te asomas en el espejo y comienzas a ver mas a tu padre que a ti mismo, cuando los encuentros con tus amigos se producen mas en los sepelios que en la playa, cuando las citas que tienes programadas están mas relacionadas con problemas de salud que con actividades placenteras o cuando el presupuesto en fármacos es mayor que el de las bebidas espirituosas, es porque definitivamente te cayó la séptima década (61 a 70 años)

Aunque cada momento de la vida trae sus propios desafíos, aventuras y sorpresas. Las últimas décadas de la vida están rodeadas de los tradicionales problemas de salud que van tocando a tu puerta sin excepción. De manera amigos que a cuidarse bien y a prevenir achaques para gastar la pensión en diversión y no en medicación.

 

lunes, 13 de mayo de 2024

Palabras, palabras...

Hace algunos días escuché en la radio una noticia que llamó mi atención. Una plataforma para aprender idiomas hizo a una encuesta y encontró que Medellín es la ciudad de Colombia que usa el mayor número de palabras groseras en su lenguaje diario. El resultado no sorprende, es mas, si la encuesta hubiese indagado por el uso de palabras usuales convertidas en vulgares por el uso diario, la victoria era por goleada.

El lenguaje es un organismo vivo en constante evolución, moldeado por las dinámicas sociales, culturales y tecnológicas que lo rodean. Como reflejo de este cambio, el uso de nuevas palabras se convierte en un fenómeno inevitable, que enriquece el vocabulario y permite adaptarse a las nuevas realidades.

Un ejemplo de estas últimas sería gonorrea, palabra que, por supuesto no tiene nada de grosera, es un término científico, pero que debo decirlo se escucha feo y si viene pronunciada con acento paisa y con tono agresivo, se puede escuchar y sentir tan fuerte como la peor de las groserías.

A propósito de palabras a las que se les adjudican otros significados y los neologismos que van apareciendo en el léxico del español quiero decir que mis contemporáneos difícilmente podrán entablar una conversación fluida con los jóvenes de hoy, la cantidad de palabras nuevas o con significados cambiados es al menos impactante. Un ejemplo que me llama mucho la atención de estos neologismos es la expresión “cule”. Para los muchachos usar la expresión cule antes de una palabra le adjudica el concepto de abundancia, pompa o lujo. Ejemplo cule carro indica que el auto es lujoso. En el caso del “cule hueso” no significa muchos huesos, lo que indica es que lo referido es de malísima calidad. Ejemplo. Cule película hueso, la película es malísima. Muy curiosa resulta la combinación de cule con poco. Cualquier contemporáneo mío interpretaría al ver la palabra poco como abundancia de escasez, pues no, esta acepción del cule indica mucha abundancia. Cule poco e plata: mucho dinero.

Hay palabras regulares que ahora se usan con un significado o con un sentido diferente, ejemplos de estas podrían ser tóxico, esta palabra hace referencia a personas con comportamiento que produce sentimientos negativos o desagradables en los demás. Por extensión se usa tóxica para referirse a una relación en donde una de las partes se aprovecha de la otra. Las palabras que estando en el diccionario, no eran usadas tanto como ahora ni con el sentido que actualmente se les adjudica son literal, tema y matoneo.

Los idiomas también se nutren de términos traídos de otros idiomas. Un anglicismo que no era usado en mi adolescencia es espoilear. El significado es la revelación de detalles de la trama de una obra de ficción. Debo anotar que en español no disponemos de un termino mas exacto que revelación.

En lugar de ver el uso de nuevas palabras como una amenaza, debemos considerarlo como una oportunidad para enriquecer nuestro lenguaje y adaptarlo a las nuevas realidades. La incorporación de neologismos demuestra la vitalidad y flexibilidad del idioma, permitiéndonos comunicarnos de manera más precisa y efectiva en un mundo en constante cambio.   





martes, 13 de febrero de 2024

Low Cost



        

No se sabe quien es más sinvergüenza, si las aerolíneas de tarifas regulares que se comportan a la hora de ofrecer sus servicios como de bajo costo o los pasajeros que apoyados en los recuerdos de otras épocas, seguimos pagando más por menos. 
Oh tiempos aquellos del famoso servicio Ruana Roja de Avianca. Nunca se aplicará mejor aquella frase que dice: No se aprecia lo que se tiene hasta que se pierde.
Como olvidar las cómodas sillas de la clase turista de las que seguramente alguna vez renegamos, hoy son un trono real al lado de los torturadores asientos de Avianca y sus secuaces de la industria de la aviación que estrechan cada día más sus asientos para meter mas pasajeros, no siempre a bajos costos. Ni que decir de los jugos de cajita, antes regalados, y hoy cobrados a tarifas de restaurante con tres estrellas Michelin.
Daba gusto ser un viajero frecuente, la llamada al mostrador de la sala VIP para un acenso a primera era siempre esperada. La comodidad de la silla y el jugo de naranja servido en vaso con hielo y unas achiras eran la recompensa del viajero frecuente, tampoco se crea ahora que era mas.
Hoy tomar un vuelo de cualquier duración puede ser una real tortura, sobre todo para aquellos que medimos mas de un metro setenta. No hay forma de salir bien librado de una silla estrecha, con el acojinamiento muy delgado y que difícilmente se reclina. 
No se crea que es por no pagar una silla cómoda. Es que si estoy pagando una tarifa regular entonces tengo derecho a una silla al menos como las añoradas. Si pago “low cost” me voy a quejar al CAI como dijo Arturo Reyes al Tino. 
Hoy cobran por aparte sillas, equipajes, alimentos, entrada a salas VIP y todo lo que se ocurra. Lo único que no es de bajo costo es el boleto de viaje. De estos las tarifas se ajustan por cualquier motivo. Vaya a comprar un pasaje para las temporadas llamadas altas en la tarifa mas económica(XS). Deberas pagar dos a tres veces el valor de la temporada regular y todavía te queda por definir si quieres pagar una silla un poco mas cómoda, el equipaje necesario y todas las otras amenidades o servicios    que hacen parte de las tarifas regulares.
Parece que las aerolíneas estuvieran empeñadas en acabar con  su negocio y con la famosa industria sin chimeneas.